Textos maulets y botiflers
Por Ricardo García Moya
Desde hace décadas, la inmersión trata de convertir en fiesta el 25 de abril, día que los valencianos
hemos ignorado siempre. Quieren que sustituya al 9 de Octubre y, por este motivo, intentan que los
comercios abran en la fecha más solemne de nuestra historia, o que se firme una paz de opereta. Los que
viven de la inmersión volverán a proclamar que son seguidores de heroicos maulets que lucharon contra
Felipe V (el de la cabeza abajo en Játiva), defendiendo "la nostra Ilengua el 25 d'abril de 1707". Aunque la
documentación diga lo contrario.
Cinco de la tarde del 24 de junio de 1706. EI rey maulet Carlos III, sombrero de plumas blancas y atrevidos
tacones, entraba en el santuario de Montserrat acompañado del estruendo de campanas, chirimías, clarines y vítores.
La crónica de la estancia del soberano y alto mando maulet en Montserrat se publicó a los pocos días en
Barcelona por Rafael Figueró, al que los maulets habían nombrado "impresor del rey". Lo raro es que una
obra destinada al lector maulet y en plena contienda por defender la lengua catalana está... ¡en
castellano! (Figueró, R.: "Exemplares acciones de nuestro Rey Carlos III", Barcelona, 1706). Otro detalle:
el rey maulet subió al camarín de la Virgen de Montserrat a las 2 de la tarde del 27 de junio "para
despedirse" y dejó un folio autógrafo que contenía devotas poesías... ¡en castellano!
Los maulets de 1707 promocionaban el castellano de igual modo que Consuelo Císcar el catalán. En
Valencia, entre 1705 y 1707, los maulets acudían en masa a saborear el teatro de Calderón, Moreto,
Fragoso, etc. EI pueblo asistía entusiasmado a las representaciones de "Los amantes de Teruel", "EI
duque de Osuna", " Los tejedores de Segovia", etc. La programación teatral maulet, hasta el día de la
batalla de Almansa, fue en idioma castellano.
En octubre de 1706 el rey maulet visita Valencia. AI Ilegar al arco triunfal construido en las torres de Quart, los
maulets dieron la señal para que -en honor de Carlos de Austria- se interpretaran canciones compuestas en
castellano (y con la torpeza de aludir al austríaco como "garçon bello"). Los maulets, desde el Consejo
de Ciento en Barcelona hasta los diputados del Reino se dirigían en castellano a Carlos III, monarca que
contestaba en castellano. La crónica de lo sucedido en Valencia fue llevada a uña de caballo a
Barcelona, siendo publicada en diciembre de 1706 por Francisco Guasch en castellano.
Son significativas las crónicas de los dos juramentos forales efectuados en octubre de 1706: el del maulet Carlos
III, en Valencia, y el del virrey botifler Luis Belluga, en Orihuela. La primera está en castellano; la segunda, en
valenciano. EI texto oriolano describe cómo en la "Real Capella de la Sta. Yglesia Catedral de Oriola (...)
agenollat davant del sitial que se li posa en dita Real Capella jura a Deu (...) dits carrecs de Virrey
Governador y que observara aquells furs". EI nombramiento lo había firmado en Jadraque el rey Felip
Ouint (el que meses después suprimiría los Fueros).
No existía guerra entre Valencia y Castilla, sino entre potencias extranjeras que apoyaban al francés Felipe y al
austríaco Carlos. EI núcleo de los ejércitos lo formaban mercenarios portugueses, ingleses y franceses, que luchaban
por la soldada en moneda inglesa; aunque también participaron centenares de italianos, valencianos, navarros, etc.
Así, entre los maulets que defendieron Barcelona hasta 1714 estaba "el famoso Tercio de Castellanos".
Para los valencianos de 1707 el enemigo continuaba siendo el pirata islámico que, periódicamente,
saqueaba las costas del Reino. Cuando Carlos III entra en Valencia en octubre de 1706, los maulets
"rinden vasallaje al Aguila del Imperio, porque viva y triunfe nuestro Rey Carlos III; para que exalte la
Iglesia y confunda al agareno" (Guasch, F.: "Entrada de nuestro rey Carlos III en Valencia". Barcelona,
1706). Confundir al agareno significaba "echar a perder, destruir al islámico". Las prensas de Barcelona
destinadas a la propaganda bélica y dirigidas por Figueró seguían editando obras en castellano antes y
después del 25 de abril de 1707. En marzo salía la crónica de la "Militar entrada de Carlos III en
Barcelona", y en agosto leían los catalanes las vicisitudes de la flota maulet en Italia.
Resumiendo: el castellano fue idioma vehicular de los maulets; por el contrario, en las crónicas de los botiflers
hallamos la lengua valenciana. Esa que ahora es reciclada en conffeti por las comisarías enquistadas en
bibliotecas públicas y centros de enseñanza del Reino. Los trituradores no tienen enfrente a los Jurados
botiflers de Valencia que, en 1707, se opusieron al Decreto de Nueva Planta. Su destino fue la prisión de
Pamplona.
Las Provincias 27 de Abril de 1999