¿Por qué nos manifestamos mañana?
Por Ricardo García Moya
Porque estamos hartos de que los manipuladores del idioma nos acusen de lo que ellos practìcan.
Según dicen, la confabulación blavera se inició en la Edad Media y Renacimiento.
Así, en 1521, al publicarse en Valencia la edición príncipe del "Blanquerna" de
Ramón Lull, el catalán Joan Bonlabi advierte en la primera página que estaba "traduit y corregit ara
novament dels primers originals, y estampat en Ilengua valenciana".
A pesar de ello, en la edición facsímil del "Blanquerna" realizada en 1975 por Editorial
Puvill, un despectivo prólogo denigra al indefenso Joan Bonlabì: "el responsable de la manipulación
fue un tal mossèn Bonlabi".
EI delito de Bonlabi fue traducir a la lengua valenciana los manuscritos provenzales del XIV.
Por cierto, aunque la lengua utilizada por Bonlabi está repleta de arcaísmos, ya
emergen elementos del valenciano moderno: la prohibida conjunción mentres (no mentre); plurales
como el de ho- mens, no homes; sustantivos abstractos como fortalea y flaquea, no fortalesa i flaquesa;
la conjunción copulativa y, no la i; pronombres enclíticos unidos, diguerenli (no digueren-li); el
pronombre yo (no jo); el artículo lo; el demostrativo este, "este infel" (no aquest infidel); el subjuntivo
sapia (no sápiga); el numeral dos, dos termens en la Iglesia (no dues terminis a la Esglesia). Es
comprensible, pues, que desprestigien al pobre Bonlabi y a cualquiera que obstaculice la expan- sibn
catalanera.
Nos manifestamos contra los que impunemente cometen acciones como la
eliminación de la Virgen de la Sapiencia (traslación icónica de Minerva, diosa de la Sabiduría) del
escudo universitario.
Un libro de 1792 conservado en la Biblioteca Nacional demuestra el prestigio que tenía
en todo el Reino, pues recoge que el obispo don Joseph Climent "edificó a sus expensas el oratorio
de las aulas de Gramática de Castellón" y, respetuoso con la tradición, no ideó una Virgen de cuatro
barras como Patrona, sino que puso de titular a la Virgen de la Sapiencia (Picó, M.: "Oración", 1792, p.
62) por ser Sedes sapìentiae y para que las aulas "tuvieran protección de la verdadera Minerva". EI obispo
Climent, nacido en Castellón, valoraba las raíces clásicas y renacentistas de la Patrona de la Universidad
de Valencia.
Nos manifestamos contra los que reniegan de su valencianía, cuando antes
sucedía lo contrarìo.
EI Archivo de la Corona de Aragón (año 1675) custodia la petición de los frailes
agustinos de Cartagena que deseaban ser valencianos y, a tal fin, declararon al rey
"que se sujetaban a las leyes y fueros del Reyno de Valencia, por ser dicho convento
fundación de padres valencianos, y que el Provincial entraba a visitar el convento
con igual autoridad como si estuviese dentro del Reyno de Valencia". Ahora, con
dinero público, intentan hacernos creer que somos catalanes.
Nos manifestamos contra los que nos etiquetan topónimos absurdos:
Mediterrània, Levante, Comunidad, País. Nuestro título es Reino de Valencia y siempre
fue un orgullo pertenecer al mismo; así lo pregonaron desde "Diego Ramírez del Reyno de Valencia"
-que bautizó como Isla de Xátiva y estrecho de San Vicente a la Tierra del Fuego en 1619-, hasta fray
Angel de Valencia, mìsionero que en 1645 remontaba el río Zaire (Pellicer, J.: "Misión en el Congo".
Madrid 1649, f. 7) y penetraba en tierras que sólo en el XIX recorrerían los exploradores ingleses.
Embajador del rey del Congo, fue recibido con todos los honores por Mauricio de Nassau en Holanda y,
en Roma, por el Pontífice. Amaba su Reino y siempre firmaba como Fray Angel de Valencia, ¿qué
pensaría de los que prefieran Ilamarse levantinos o catalanes?
Nos manifestamos contra la maquiavélica burla a nuestro patrimonio. EI crimen
del ex Teatro Romano de Sagunto no lo toleraría una sociedad valenciana normal. Para comprobar a
qué abandono hemos Ilegado basta leer un escrito del siglo XVIII sobre el erudito Manuel Martí: "en
Sagunto, hoy Murviedro, descubrió muchas partes principales de su antiquísimo Theatro, hasta entonces
ignoradas.
Tomó la palabra al gobierno de la villa de Murviedro de que por ningún caso permitieran
maltratar, ni derribar sus ruinas, como de hecho lo prohibieron por Decreto público, baxo de
penas muy graves" (Ximeno: Escritores, Valencia 1747, p.138). Qué contraste con el descalabro
actual. Nos manifestamos contra los qve catalanizan a nuestros hijos con engaños de juzgado de guardia.
La editorial ECIR, por ejemplo, destaca que "el Liber elegantiorum de Joan Esteve, im- preso en
Venecia en 1489, se trata de un repertorio de palabras y frases catalanas con la traducción latina"
(Llengua COU, ECIR, p. 113).
¡Qué falsedad tan mezquina!
EI Liber elegantiarum fue escrito por el notario Joan Esteve en 1472 y editado en Venecia en 1489
en latín y valenciano, como consta en el incunable: "latina et valentiana lingua". Aunque es del XV
encontramos características que han perdurado hasta el valenciano de 1997: la CH, chiquet;
en Valencia (no a València); el artículo lo; terminaciones en ea, bellea (no bellesa); plurales como
homens. Es decir, singularidades que el im- parcial catalán Bonlabi utilizó en 1521 para traducir del
provenzal al valenciano el "Blanquerna" de Lull.
Analicen lo anterior y piensen si alguna región de España está sutriendo tal
grado de acoso contra su personalidad. Y conste que los agravios y maquinaciones
más sangrantes, como ustedes saben, no se citan en este artículo.
Las Provincias 12 de Junio de 1997