La Real Señera y la heráldica de Inglaterra
Por Ricardo García Moya
No somos unos desconocidos para Cronos. Nuestro Reino tiene más antigüedad que Norteamérica,
Gran Bretaña o -por citar algún territorio cercano-, Cataluña. Es la realidad, nadie aportará documentos en
que conste algo así como principado o Condado de Cataluña anterior a los que exhiben Reino de Valencia
en sus líneas. Pues bien, en pretérito tan dilatado hubo una efímera relación heráldica entre los reinos de
Inglaterra y Valencia.
Antes de abordar el asunto, tendremos que recordar que la simbología de la Real Señera -barras, corona y rat
penat es la misma que representó en los escudos a la ciudad y reino desde la Edad Media hasta la
confusión heráldica del Barroco. EI historiador Méndez Silva, por encargo de los Habsburgo, daba fe de
ello: "El Reyno de Valencia hace por armas en una tarjeta cuadrangular coronada las cuatro barras; al
timbre, un murciélago" (Méndez, R.: Poblamiento. Madrid 1645, p.199). No obstante, por falta de espacio
o ignorancia, en ocasiones se suprimía el rat penat.
Precisamente fue bajo los Habsburgo españoles, hacia 1550, cuando se planteó a los heraldistas este
dilema: ¿cómo podrían incluir en poco espacio la heráldica de todas las posesiones del emperador? Era
imposible y se optó por dar prioridad a los reinos cabezas. EI proceso se puede analizar en los escudos
de las pragmáticas conservadas en la biblioteca de Santa Cruz de la Universidad de Valladolid. La
amabilidad de su directora, doña Pilar Rodríguez, nos facilitó la reproducción.
La editada en 1556 muestra el escudo de Carlos I con sus estados de la Corona de España y -en el ángulo superior
derecho, limitado por heráldicas de Sicilia y Navarra-, el losange de barras coronadas del Reino de Valencia.
También están los de Castilla; León, Hierusalem (sic), Aragón y las cuatro cabezas de moros del reino de
Cerdeña. EI condado de Barcelona o Cataluña no figuraba al ser título menor, como el "Señorío de
Viscaya".
En el mismo 1556 se producía la abdicación de Carlos I, hecho que complicó la labor de los diseñadores de escudos
imperiales. EI nuevo rey Felipe II, por su matrimonio con la reina inglesa María Tudor, se titulaba rey de
Inglaterra; honor que la heráldica debía destacar, aunque fuera a costa de los valencianos. Las
pragmáticas impresas en 1559 mostraban -en el lugar que ocupaban las barras coronadas del Reino de
Valencia- los tres leones (o leopardos) de Felipe II como rey de Inglaterra. Poco después, los ensueños
felipistas quedaban truncados tras el desastre de la Armada Invencible, pero el escudo del Reino de
Valencia jamás volvió a figurar en la adarga española.
Respecto a la ausencia del rat penat sobre la corona, no suponía que estuviera relegado en 1556. La autorizada
opinión del aragonés Jerónimo de Blancas, cronista de Felipe II, recuerda en "Aragonensium rerum
commentarii", que el "murciélago era blasón del Reino valenciano, como lo ha sido hasta el
presente en las enseñas militares". EI historiador (que no era un garbancero intelectual como Eliseu
Climent o Joan Romero), en otro párrafo de la misma obra insiste en destacar que el vespertilio era
exclusivo de la heráldica del Reino de Valencia.
Los aragoneses siempre recordaron aquellas banderas con el rat penat y, por supuesto, a la Real Señera con su
vespertilio de plata sobre el asta. En los catafalcos funerarios de las exequias reales que se celebraban en
Zaragoza -capital de la Corona de Aragón-, con frecuencia figuraba sobre la franja superior de las barras
la figura del rat penat.
Así, en el erigido en 1621 por óbito de Felipe III, tres figuras ostentan las heráldicas de Valencia, Aragón y
Cataluña. En el escudo de nuestro reino aparece un rollizo Rat Penat ocupando la franja horizontal del
mismo (Rojas, P.: Lágrimas de Zaragoza en la muerte de Filipo. Zaragoza 1621, p. 76). Es curioso que el
Armorial Tudor -manuscrito inglés del s. XVI, estudiado por Cecil Humphery- contiene un murciélago
heráldico de grotesca figura, bastante similar al pintado en el túmulo de Zaragoza.
EI ideólogo del catafalco funerario, dado que el barroquismo había devaluado el valor heráldico de la corona (hasta
los petimetres la situaban en su escudo familiar), destacaba el rat penat. Todavía en 1512, el italiano Vesconte de
Maiolo pintaba sobre el Reino de Valencia -desde el Ebro al Segura- una gran señera en la que figuraba
solamente la corona, sin barras ni rat penat. Tanto el escudo de Zaragoza como esta enseña cometían
error por defecto.
Hurgando manuscritos y tiznando dedos, pues el que voy a citar está entre los conservados en el Archivo General
Militar de Segovia -húmedo, chamuscado y con huellas de haber servido de plato del día al pececillo o lepisma
saccharina- hallamos testimonios que indican la pervivencia de nuestra heráldica a través de los siglos. EI
documento describe una bandera conservada en el desaparecido Santuario de Atocha: "encima de la
corona se halla un murciélago, de que se deduce que dicha bandera perteneció a alguno de los
cuerpos del Reino de Valencia que lo tiene en sus armas" (AGMS, Leg. 32, 5.2, D.3).
En consecuencia, la Real Señera la que el 9 de octubre recorre la capital del Reino-, mantiene la
simbología tradicional valenciana; aunque el colorido y riqueza de los bordados dificulta su asociación con
los mismos símbolos -barras coronadas y murciélago- cuando son labrados en piedra monocromática.
Las Provincias 9 de Octubre de 1995