La guardiola de la Conselleria de Sanitat
Ricardo García Moya
He visitado a un amigo en el Hospital de Alicante y observo que la que podría titularse Consellería de Sanitat i Catalanització insiste en editar folletos, bordar sábanas con el servei y ensuciar rótulos en catalán, rechazando el idioma valenciano. La orden es catalanizar a tope, aunque los hospitales mantengan enfermos por los pasillos, la lista de espera de meses y nuestros mayores mueran de soledad y temor, con míseras pensiones y escasas residencias. Así, mientras el anciano Pasqual Iborra permanecía aparcado en un pasillo del Hospital de Alicante con gangrena y moribundo, la Consellería de Serafín quemaba dinero LAula del Tabac, una exposición y folleto destinados a niños de 10 a 13 años, los cuales son llevados bolígrafo en ristre para emplenar, dicen, cuadernos. En idioma valenciano tenemos el verbo omplir, pero Serafín introduce un emplenar que no existe en nuestra lengua, siendo un vulgarismo catalán aparecido por Gerona hacia 1930. Olvidando los cacareados dogmas de pureza etimológica y pedigrí clásico, los gendarmes-maestros mienten a nuestros hijos y les hacen creer que la corrupción emplenar es un infinitivo culto del idioma valenciano.
En el panfleto que regalan a los niños aparece una hucha a la que llaman guardiola clàssica, que no es clásica ni valenciana. Violan la mente receptiva de nuestro niños, pues si leen emplenar y guardiola en paneles de una exposición organizada por nuestras autoridades: ¿Quién les dirá que tales vocablos no son valencianos? Los niños no sospechan que hay un Servei de normalització catalana pagado con nuestros impuestos, cuyo fin es imponer lo que les salga de las bolas a los expansionistas del Institut dEstudis Catalans. ¿Cómo van a creer que sus papás son tan blandos que admiten esta canallada? Y, por vil que parezca, esa es la verdad. ¿Total? El PP ha hecho cuentas y dice: en Alicante, que estamos convirtiendo en la capital de la Comunidad, votan al que fomenta el Puta Valencia; y en Castellón con hacerles creer que son catalanes cuItos, poner las cuatro barras y meterles el Institut d´Estudis Catalans, van que se matan; o sea, que ya hemos desvertebrado el Reino, y como los valencianos que resisten son cuatro votos ¡Qué se vayan a tomar por el saco con su lengua; les metemos emplenar, guardiola y hasta el penis si se ponen farrucos!
La guardiola del Serafin no alude al futbolista levantino, sino que es una porquería léxica que excretó la Barcelona del siglo XIX, hacia 1840. Esta basura morfológica jamás fue utilizada por ningún escritor valenciano antes de la bajada de saragüells de los Guarner, Valor, Fuster y tota la polseguera de parasits que mos aufega hui en dia. Los fematers lingüísticos de Serafin escarbaron en lo más pútrido de la escoria léxica catalana para traernos emplenar y guardiola, cuando en el idioma valenciano poseemos los sustantivos vedriola, vidriola y el clásico lladriola para traducir el castellano hucha y el catalán guardiola. Pero está claro que Serafín desprecia la voz valenciana e introduce la catalana para que los niños la aprendan. La Infancia atrae al Servei de normalització catalana del PP, y son sus víctimas indefensas hasta que se codifique el delito de pederastia cultural. De momento, engañándolos, han conseguido que los pequeños memoricen emplenar y guardiola, y esta última les queda muy grabada al asociarla al futbolista. Produce repugnancia leer en el folleto eix un tub o cigarreta que reprodueix, en lugar de los valencianos "ix un canó o tubo y cigarret que reproduix; pero es el deseo del PP, ya que en su Canal 9 nos insulta con el ofereix" desde hace meses, despreciando el valenciano oferix.
Los comisarios, coprófagos, degustan con deleite cualquier desperdicio que les echen sus amos del Principado sin príncipe. Podían recuperar léxico valenciano, pero sólo lo recogen cuando lo permite el Institut dEstudis Catalans. Ejemplo de esta actitud podría ser el prohibido y casi olvidado adjetivo valenciano galavardeu, de acepciones que abarcan desde hombre inútil, chulesco y camorrista a desgarbado y alto (Escrig. 1887). Patrimonial del idioma valenciano, figura en cartas del papa Borja, ni galana ni galavardeus (Carta de Alejandro VI, a. 1493); en la prosa de novelistas del XVIII, hagueren vist vostés galavardeus (Galiana: Rondalla, 1708); o en versos de Escorigüela: quatre galavardeus (Coloqui del retorn, 1784). Este vocablo valenciano generó el castellano galavardo, documentado por vez primera en el Tesoro de la lengua (a. 1611) de Covarrubias, lexicógrafo que vivía en el Reino de Valencia cuando escribió la obra. Además, del clásico valenciano galavardeu surgió medio milenio después el vulgarismo catalán galifardeu, en la Barcelona de 1860.
Dado el historial del adjetivo, sería lógico que los que braman por la defensa de nuestras señas de identidad lo recogieran en diccionarios como el de la Generalidad y Bromera, pagado con el sudor de nuestros cataplines. Pero no es así: sólo admiten el vulgarismo catalán galifardeu, ignorando el clásico galavardeu que sí está presente en el Diccionari de la Real Academia Valenciana (no confundir con la filial del IEC, o de Ascensión). La pederastia cultural que supone contaminar la mente infantil con los estrafalarios emplenar y guardiola pasa desapercibida al catalanero Levante, atento a morder a los pocos que mantienen la dignidad valenciana del idioma. El otro día aullaba espantado: ¡Auuuu, auuuuuuu, en el Palau de la Música se ha traducido Billy the Kid como Billy el Chiquet, auuu, auuuu. ¡Qué cudols son estos gendarmes! Lo que llaman estra falario criterio gráfico que utiliza el Palau, aludiendo a chiquet, es el genuino del idioma valenciano desde Jaume Roig, aunque el diario Levante preferiría que en el programa del concierto de la London Symphony figurara Billi el Noi.
¡Vaya defensa del idioma valenciano! Introducen desperdicios catalanes como emplenar, guardiola y galifardeu, pero se vuelven histéricas cuando comprueban que alguien sigue ofreciendo resistencia a la catalanización, y si es una dama como Mayrén Beneyto, todavía les escuece más el forigol a Ferrán y sus coristas. Pero pueden estar tranquilos, Serafín ha conseguido que el anciano Pasqual Iborra, en un pasillo del hospital, agonice entre sábanas donde se lee servei en catalán; encara que, ya en el Parais y lliure de la vellea, ell charrará en atres valencians y en paraules valencianes com galavardeu, omplir y vedriola.
Diario de Valencia 17 de Febrero de 2002