El "formatge amb maduixes" de Albal
Por Ricardo García Moya
Sé que los publicistas de la Granja Rinya agradecerán que la cite, pues si han Ilenado Alicante con
publicidad en catalán, será para promocionar la empresa. Es evidente que la costosa inmersión está
obteniendo frutos. En la Feria de Alimentación de Alicante, ciertas empresas valencianas ya usaron el
catalán para promocionar los productos, aunque la más modélica, como les decía, fue la Granja Rinya de
Albal que, "amb saviesa", está ampliando "la seva gama amb formatge amb maduixes per a Iliscar i
amanides". Son tan "cultes" estos empresarios de Albal que han abandonado el posesivo "seua" y la
preposición en; los sustantivos "fraules, freses y ensalades"; así como el ancestral lo, creando curiosas
mutaciones semánticas, por ejemplo: "Lo más natural es lo auténtico", lo traducen en "Alló més natural
és alló més auténtic". Como es lógico, en Albal son libres de promocionar el catalán e ignorar la lengua
valenciana.
De lo patético pasamos a lo normal: En la fornida Almansa del XVII -ovejas, cerdos, murallas, esparto y,
quizá algún antepasado de En Juan Romero- se celebró la canonización de San Pascual Baylón con
gran esplendor. A nosotros, como valencianos, nos interesa la crónica que describe las construcciones
efímeras del interior de la iglesia de Santiago pues testifica la presencia del idioma del Reino en Castilla
no en AIbal. Así, al describir el jeroglífico situado junto a la capilla mayor, constata el cronista que
"contenía tres Lenguas: Valenciana, Castellana y Latina" (Cortés, P. L.: Demostraciones festivas.
Madrid 1693, p. 60).
EI libro fue dedicado al príncipe de Sabeli publicándose en la Imprenta Real de Madrid gracias a la generosidad
-ahora diríamos subvención- de D. Joseph López "Regidor de AImansa natural de ella y Gobernador General
de los Estados de Chinchón". Entre tanto noble castellano encontramos al culto autor de la crónica, el
Doctor Pedro Luis Cortés, "Rector de la Parroquia de la Villa de Ibi"; hecho que explica la descripción de
los milagros obrados por San Pascual en Ibi cuando "dexó su Patria y se vino al Reyno" (P. 16).
En las alegorías del altar mayor, unos "versos valencianos" mostraban elementos léxicos ahora
prohibidos desde Barcelona. En la frase "atre Sant mes Santisim" (p. 60), aparece el condenado "atre",
indefinido que nació en la prosa de los Furs jaiminos, retozó entre versos de Jaume Roig y fue sacrificado
en el matadero del IEC. Hoy, la vigente y falsa Gramática Valenciana de la Generalidad (Ed. Bromera)
impone el arcaísmo "altre" y el barcelonés "altri" (p. 106) . En otro verso leemos: "EI u pera el Sant" que
los normalizadores transformarían en "el un". En 1693, en Castilla no usaban términos ambiguos para
aludirnos, como vemos en las octavas del fraile manchego Antonio Faxardo: "Pascual, aragonés en
nacimiento, castellano en esfuerzo, y valenciano en religión", (p. 133). Respetaban nuestro gentilicio,
lengua y título del territorio; a nadie se le hubiera ocurrido en Almansa, Albacete o Albal llamarnos
levantinos en presencia del retor de Ibi Pedro Luis Cortés, fiscal de la justa poética.
Comparar estos libros con los actuales es lacerante. Tengo aquí la lujosa "Obra completa" de Ausias
March (Ed. Barcanova) acabada de salir del febril fogón barcelonés. Tras estos trabajos suele aparecer el
típico erudito canadiense o australiano, especialista en un tema, pero cegato respecto a la historia e
idiosincrasia secular de nuestro Reino. Elásticos sociales e intuitivos, saben de qué pie cojean los que
reparten subvenciones, adobando subliminalmente sus ensayos.
En este caso el autor es el conocido catalanista inglés Robert Archer (Londres, 1948), el cual ha recibido
una opípara subvención de la Generalidad (¡ay!) valenciana. A cambio, el sabio pregona que Ausias
March no escribió en valenciano, sino en "català desprovençalitzat", y que espera que "la seva lectura
sigui avui" un placer por la "seva vellesa" (p. 20). EI libro ha ingresado veloz en las bibliotecas regidas
por la Generalidad valenciana (¡uf!), y mantenidas con nuestros impuestos (¡ay!). Mister Archer, cumplidor,
confirma a los que le han subvencionado que "hem regularitzat d'acord amb I'ortografia moderna del
català" los poemas de March. También dice Mister Archer que para esta depuración marchista ha
utilizado como detergente el falso Diccionario valenciano de la Generalitat (Ed. Bromera); el mismo
mamotreto que nos ordena usar "no pas, altri, a més a més, noi, Ilur, però, amb", etc.
No paran. Esta semana, con la excusa del SIDA, la Generalidad ha inundado los centros de enseñanza con unos
panfletos a todo color en perfecto catalán. Importa poco que el SIDA progrese, el objetivo es destruir la lengua
valenciana. Igual que Canal 9, el panfleto sólo utiliza las formas verbales ampurdanesas: "ofereix,
exísteix, aconse- gueix, persisteix, produeix, recobreixen, seguiexen, disminueix, decideixes...". En
consecuencia, es natural que el pueblo se irrite cuando los políticos anuncian un incremento de "la ayuda
al valenciano", pues supone miles de millones que entregarán a la inmersión catalana. En 1693, en
Almansa se utilizó la lengua valenciana; hoy, en 1998, hasta el "formaget en freses" se traduce al
barcelonés "formatget amb maduixes".
Las Provincias 13 de Diciembre de 1998