Barrionuevo, “Servantes” y Çaplana

Por Ricardo García Moya

En la azarosa vida de "Miquel de Servantes" -así aparece escrito en valenciano (A.: de Valencia. D. L. Vol. 1538)- encontramos una relación ocasional con los antepasados del aristocrático socialista: Entre ellos hubo poetas y soldados heroicos, pero tuvieron el denominador común de anidar a la sombre del poder, ostentando marquesados o tesorerías y gozando de influencias que les eximía de responsabilidades. A un miembro de la saga debemos esta máxima: "EI que hurta más, por eminente en su oficio, le excusa la ley y está reservado de ella"(Barrionuevo, .J.: Avisos. Madrid, 1658).

Los delitos de sangre mancharon la dinastía. EI galanteo de la mujer de don José de Barrionuevo en 1655 provocó el asesinato del caballero Cosme de Salcedo; detenidos tres Barrionuevo, pronto estaban en libertad al alegar que a la hora del crimen jugaban cartas con otro noble; eran hábiles en la selva social.

Quien dio fama al apellido -aparte del ex ministro- fue el chismoso escritor Jerónimo de Barrionuevo. Siguiendo la tradición, tuvo conflictos. con la justicia; así, en 1609, por la grave pendencia ocurrida en Salamanca fue encarcelado, pero sólo díez días. La intervención del poderoso marqués de Denia -más conocido como duque de Lerma- propició su libertad.

A comienzos del XVII nadie movía un dedo en el Imperio sin la aprobación de Lerma, que no era un acartonado ninot de falla. Eran años gloriosos para la lengua valenciana; el mismo duque de Lerma traducía al rey los documentos valencianos; y hasta en Barcelona estudiaban con el Thesaurus Puerilis; léxicon trilingüe escrito por un gerundense después de su estancia en Valencia. EI editado en Barcelona en 1600 contenía vocablos tan singulares del reino como carchofa, chiquets, servicis, chulla, iglesies, punches..:, ahora repudiadas por los inmersionistas King Kong.

Respecto a Barrionuevo, después de su excarcelación en Salamanca buscó refugio en el Reino de Valencia. Había logrado la protección del valenciano duque de Lerma y su clan, formado por el sobrino -al que titula conde de Lemos-, su tío Bernardo, al que nombra arzobispo de Toledo, para controlar la Iglesia; y el cuñado, al que sitúa como presidente del Consejo de Castilla. Cervantes fue sustentado en los últimos años de su vida por el tío y el sobrino de Lerma .

Para controlar Italia, Lerma nombra a su sobrino virrey de Nápoles en 1610. La noticia ilusiona a Cervantes -abatido por dramas familiares-, y solicita acompañar al mecenas a ltalia; el autor del Quijote -antiguo comisario de suministro de galeras reales- podía ejercer como contador, pero "el ingenioso Gaspar de Barrionuevo" -como Cervantes llama a su opositor en "Viaje al Parnaso"- le quitó la plaza. EI conde de Lemos, a pesar de su inmenso poder, no era un Felipe González en cuestión de asesores áulicos.

Tampoco la faceta de escritor le valía a Cervantes para viajar a Nápoles. Su lugar lo ocuparía el plumífero Jerónimo Barrionuevo, que se embarcó en el Grao de Valencia con dos hermanos suyos rumbo a la corte italiana. En Nápoles le esperaba otro hermano, Bernardino Barrionuevo, marqués de Cusano y consejero del virrey. ¿Cómo iba el sesentón Cervantes a rivalizar con esta familia?

Jerónimo de Barrionuevo -escritor de estilo periodístico- debió tener un recuerdo agradable de Valencia. En su madurez, ya en la corte madrileña, anotaba este cotilleo: "El arzobispo de Valencia no quiere ir a Plasencia por ningún caso ni comodidad que le hacen; dice, y tiene razón, que no ha de dejar un paraíso por irse al infierno de una sartén, ni por 60.000 ducados de plata cargados de pensiones; esto ha respondido".

Barrionuevo no disponía de CESID, pero se enteraba de todo, hasta de las dificultades del rey: "No tiene un real, y el día de San Francisco le pusieron a la Infanta en la mesa un capón que mandó levantar, porque hedía como a perros muertos. Siguióle un pollo sobre unas rebanadiÍlas como torrijas, llenas de moscas, y se enojó de suerte que por poco no da con todo en tierra". En noviembre de 1655, escribe: "Han traído de Valencia un órgano, cosa grande, a su majestad, con diversidad de artificios, flautas y sonidos de aras y otros instrumentos, en que ha gastado 20 años en ajustarlo un maestro que viene con él".

Meses después, Barrionuevo recibía en Madrid la noticia del escándalo en el teatro de Valencia: "llegó el virrey, no habiendo venido los jurados, y mandó comenzasen. Hiciéronlo, y habiendo llegado después, sobre si habían de tornar a empezar, se armó una gresca, de suerte que el pueblo de Valencia lo echó todo a rodar, andando como escoba la hermosura de María de Quiñones". Los virreyes Ilegados de Murcia o la Mancha sólo deseaban enriquecerse en su mandato, no importándoles la lengua ni la defensa de la personalidad valenciana; sólo los jurados de Valencia se oponían a ellos.

Y hablando de antepasados, en un manuscrito de la biblioteca nacional de Madrid hay noticias de una Çaplana o Zaplana murciano involucrado en los enfrentamientos iniciados en Orihuela que culminaron en una lucha "entre bandos que extendíanse a todo el Reyno de Valencia" (BNM; Ms. 7.341).

Las Provincias 14 de Noviembre de 1995